Revista Avicultores – La industria que nutre a Colombia.
En la actualidad existe un consenso en el país respecto a la principal problemática y urgencia: salir de la recesión en la que se encuentra la economía. Lo que nos lleva necesariamente a identificar mecanismos, instrumentos o herramientas que permitan impulsar la generación de empleo tanto en lo público como en lo privado. Si bien, en los puntos más críticos de la cuarentena el renglón agropecuario mantuvo su ritmo de producción, la demanda disminuyó significativamente. En el caso particular del renglón avícola, el canal HORECA que comprende entre otros restaurantes y hoteles, se contrajo, situación que ha llevado a las empresas del sector a adaptarse a la nueva realidad comercial. Por tanto, no sólo la industria, el sector comercio y servicio se han visto afectados, también algunas actividades del renglón de producción de alimentos.
Esta disminución de los ingresos, plantea un enorme reto de liquidez para las empresas, principalmente para la financiación de capital de trabajo, así como para inversión orientada a reposición de equipos e incluso para el crecimiento. Esto nos lleva a una situación conocida en la literatura económica cuando se presentan crisis económicas, como “trampa de liquidez”, en donde el sector financiero, al evaluar mayores situaciones de riesgos económicos, país y sectoriales, exigen mayores garantías para el otorgamiento de créditos, llevándonos a un callejón de salida que no permite impulsar el crecimiento. Asimismo las empresas requieren incrementos en el apalancamiento financiero dada la alteración en los flujos de caja, tanto en los ingresos como en los egresos.
Por su parte, desde la perspectiva de la política pública, es urgente el desarrollo de mecanismos que ayuden a impulsar el ritmo de las empresas: acelerar el crecimiento, frenar despidos y generar empleo de calidad. De allí que sea estratégico ampliar las coberturas del Fondo Nacional de Garantías (FNG), también a todas las empresas del renglón agropecuario (pequeñas, medianas y grandes), incluyendo a aquellas que se encuentran en el régimen de insolvencia, para los proyectos productivos que garanticen mantener y generar nuevos puestos de trabajo formal, con niveles atractivos de coberturas y subsidios a la comisión, tanto para capital de trabajo como inversión.
Lo anterior se debería sincronizar con los esquemas de financiación de Finagro, permitiendo que las garantías del FNG sirvan como apalancamiento en créditos. La reactivación de la economía no da espera y, mecanismos como ampliar las coberturas del FNG al sector agropecuario incentiva que la recuperación del aparato productivo ocurra en el menor tiempo posible.
Dentro de las diversas acciones de política que ha desarrollado el Gobierno Nacional, no se puede desconocer la implementación de productos especiales, por parte del FNG, entre los que se destacan las garantías a sectores afectados como Gran Empresa y Pymes, entre otros. Sin embargo, la pandemia ha afectado a todo el aparato productivo, por ello resulta conveniente ampliar estas estrategias de ayuda del ámbito servicios, manufactura y comercio, también al renglón agropecuario, en donde se dé espacio a las empresas en formato de mediana y gran empresa, las cuales generan empleos formales.