El sector avícola cierra el 2022 con un crecimiento del 2.9%

*El consumo per cápita de pollo colombiano en el 2022 alcanzó los 36,3 kilos por habitante. Los colombianos consumieron 1,2 kilos más de producción nacional, comparado con las cifras del año pasado.

*El consumo per cápita de huevo bajó de 334 a 315 unidades al año, con una reducción de 19 unidades. La buena noticia es que para el 2023 se espera recuperar el nivel de producción en huevo de 17.000 millones de unidades. 

La Federación Nacional de Avicultores presentó su balance de resultados de este 2022 y las perspectivas para el 2023. El 2022 fue un año de grandes retos para el sector avícola. Si bien es cierto que se dio un crecimiento del 2,9%,  solo se ha podido recuperar en parte el ritmo de producción que fue interrumpido especialmente por dos temas: la pandemia del covid-19 y los bloqueos de vías.

Por renglones, la producción de pollo recuperó la tendencia que traía antes de la pandemia. El año 2022 cierra con una tasa de crecimiento de 7,3%, la más alta del último quinquenio, con un volumen de 1,8 millones de toneladas, más del doble de la producción de bovino y 3,6 veces la producción de porcino en el país. El consumo per cápita de pollo colombiano en el 2022 alcanzó los 36,3 kilos por habitante. Los colombianos consumieron 1,2 kilos más de producción nacional, comparado con las cifras del año pasado.

Por su parte, en el renglón de huevo, como bien se identificó en un estudio del Banco de la República, los bloqueos generaron un impacto sobre la producción que extendió su efecto hasta el 2022, con un colateral inflacionario. En el 2021 la inversión en activos biológicos (aves ponedoras) cayó en 9,4, razón por lo cual la producción en el 2022 se redujo en 4,6%, a lo cual se le suma un efecto productividad por los bloqueos que amplió la reducción en la oferta a un 8,5% aproximadamente. 

La producción pasó de 17.028 a 16.260 millones de huevos, de allí que el consumo per cápita bajó de 334 a 315 unidades al año, con una reducción de 19 unidades. La buena noticia es que para el 2023 se espera recuperar el nivel de producción en huevo de 17.000 millones de unidades. 

El costo de los insumos en el sector avícola del 2022 están concentrados en un 80% en maíz amarillo y en fríjol soya, y estos tuvieron un incremento en dólares en 20.3% y 14.5% respectivamente. A ello se suma un impacto inflacionario reflejado en un aumento en el costo del alimento balanceado superior al 28.1%. En los dos últimos años las necesidades de capital para alcanzar la misma producción se han incrementado en más de un 38%. Para dimensionar los efectos en el mercado. En diciembre del 2019, el precio del maíz amarillo por tonelada fue de $700.000, hoy es 2,6 veces superior alcanzando el $1.800.000. El fríjol soya pasó de $1.749.00 a $3.167.000 en el mismo periodo de tiempo. Estos resultados terminaron impactando a los consumidores en la dinámica de precios, a noviembre en año corrido el IPC del pollo y el huevo fue del 15.4% y 30.8% respectivamente. 

Presidente Ejecutivo de Fenavi, Gonzalo Moreno Gómez.

Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de Fenavi, señaló que “los retos continuarán en el 2023”. La avicultura en el mundo enfrenta la Influenza Aviar, una enfermedad de las aves, que si bien no presenta un riesgo para los humanos, genera unas altas mortalidades en las aves. En este momento, afecta a 46 países alcanzando más de 6 mil brotes y más de 100 millones de aves sacrificadas en el mundo, sólo en los Estados Unidos supera la cifra de 50 millones de aves. No obstante, en Colombia gracias al trabajo realizado por el ICA, el Ministerio de Agricultura, en colaboración con Fenavi en cabeza del Fondo Nacional Avícola (FONAV), el Plan de Contingencia para la atención de esta enfermedad ha logrado contener con éxito su propagación evitando que llegue a granjas comerciales. 

El país se viene preparando desde hace más de una década para la presencia de influenza aviar, muestra de esto es que desde la promulgación de la ley 1255 de 2008 se declaró interés nacional y como prioridad sanitaria la creación de un programa que continúe preservando el estado sanitario del país libre de esta enfermedad, ya que solo se pierde si llega a granjas comerciales. 

Moreno resaltó que “debemos continuar preparándonos para la creación de mecanismos que mitiguen el impacto para los productores en el caso de presentarse brotes en granjas comerciales, como es la implementación de una línea de financiamiento Finagro – Influenza Aviar, ante eventos de sacrificio de aves autorizados por el ICA para atender las necesidades de normalización de cartera, restablecimiento de operaciones, colocación de nuevas líneas de crédito utilizando la herramienta del Fondo Nacional de Garantías, con subsidio a las comisiones y cobertura hasta por el 60% de los créditos vigentes; y establecer la LEC Bioseguridad con subsidio a la tasa de interés para pequeños y medianos productores del sector avícola”.

Igualmente, el presidente del gremio se refirió a la necesidad de impulsar una política pública coordinada con todas las entidades del Estado, enfocada a evitar riesgos sanitarios que afecten la seguridad alimentaria de Colombia. Ello va desde los programas sociales que toman a la avicultura como referente, las restricciones debidas a la producción sin el cumplimiento de normas estrictas de bioseguridad, hasta apalancamiento anticipados en materia de financiación.